El Museo Shanghái será un edificio que hablará en voz baja  dando lugar a un interior inesperado. Este patio interior especial se convertirá en un “patio urbano” que permite tener un área de la naturaleza necesaria cerca del museo; una transición verde entre la animada ciudad y el complejo programa cultural del museo.

Mediante la creación de un nuevo lugar público dentro del museo, los visitantes pueden reunirse en un ambiente tranquilo y verde, lejos del ajetreo y el bullicio de la ciudad. Este patio de gran escala es un lugar donde la gente puede pasear, descansar y los niños pueden jugar.

Para el complejo de edificio en el lado sur de la parcela proponemos un volumen con un zócalo y tres torres. El plinto público se abre al centro del sitio para crear y abrazar una nueva plaza abierta, conectada a la entrada sur del museo. Esto permite que esta entrada se convierta en un lugar animado de la actividad urbana, similar a la entrada en el norte.

Las tres torres en la cima del podio se alinearán paralelas al lado largo del museo y del río. Las torres de la misma altura crean un claro pero modesto telón de fondo para el Museo de Shanghái.

El jardín es un inesperado pero inolvidable descubrimiento que espera al visitante... El lema para el Museo de Shanghái Este es el descubrimiento.

Su arquitectura une la cultura y la historia de China – el mismo propósito de su existencia - con el diseño contemporáneo. Su fachada es una clara ilustración: su perfil y sus curvas tienen referencia al Shi Hu Gui, un vasija de comida de la Dinastía Zhou Occidental.

El espacio interior crea una gran sorpresa. Desde el exterior, es un edificio hermético como una vasija. Pero después de pasar por debajo de un dintel, el visitante descubre el jardín interior, como una especie de sorpresa. Este jardín debe ser percibido parcialmente, paso a paso, a paisajes diferentes y sucesivos -desenrollándolo como descubrir una pintura de handscroll-

La posibilidad de cubrir el patio, de cerrar con vidrio la pérgola superior, convertir el espacio interior en un invernadero, también abriría posibilidades inesperadas de paisajismo.

El diseño para el Museo de Shanghái maximiza el contraste entre el exterior y el interior, produciendo un perímetro exterior de geometría muy estricta, y con una geometría más libre y orgánica en el interior. La fachada exterior es gris y horizontal, con capas de ladrillo que se superponen, encierra un interior luminoso y amable donde la madera y el acero contribuyan a una cierta sensación de ligereza.